Quién nos iba a decir que aquello que casi no planificamos nos iba a dejar tan buen sabor de boca ¿No conocéis la Cordillera Cantábrica? pues no sabéis lo que os perdéis.
Y todo surgió como cuando de niño hacías girar ese globo terráqueo que decoraba tu estantería atestada de desordenados libros de texto, diccionarios y cuadernos apilados, con el dedo índice lo detenías bruscamente señalando un punto al azar, y entonces soñabas con visitar aquel lugar alguna vez, cuando fueras mayor.